José Manuel Rey Varela: El Ferrol que avanza pese a todo

José Manuel Rey Varela: El Ferrol que avanza pese a todo

En política municipal, los números no siempre hablan por sí solos. Hace falta voluntad, constancia y capacidad de gestión para transformar los presupuestos en realidades palpables en la vida de los vecinos. En Ferrol, bajo la dirección de José Manuel Rey Varela, el Ayuntamiento ha demostrado que, cuando hay un proyecto sólido, los resultados se ven. La ejecución presupuestaria en estos dos primeros años de mandato se ha duplicado en comparación con los cuatro años anteriores, un dato que no deja lugar a dudas sobre la seriedad y el compromiso de este gobierno local con la ciudad.

Según detalló la concejala de Hacienda, Susana Sanjurjo, las obligaciones reconocidas netas han pasado de 31,5 millones a 35,5 millones de euros. Pero lo más llamativo es el incremento del 400% en inversiones reales, algo inédito en la historia reciente de Ferrol. Es decir, no se trata de cifras infladas en un papel, sino de inversiones en marcha, con financiación garantizada, y con proyectos que ya están transformando la ciudad. En una urbe que durante años se acostumbró a la parálisis, esto supone un soplo de aire fresco y un cambio de rumbo evidente.

Claro está, no todo es perfecto. En una ciudad tan compleja como Ferrol, con una trama urbana que necesita mimos constantes, pueden darse detalles menores como las pequeñas rejillas sin colocar a la altura de la Plaza del Callao o en la calle Real baja de La Graña. Son descuidos que se pueden corregir y que no empañan el balance general de una gestión que, en términos globales, destaca por encima de lo que los vecinos habían recibido en años pasados. Y aquí conviene ser justos: lo que hacen los partidos son las personas, y no cabe duda de que Rey Varela es, hoy por hoy, uno de los mejores gestores que ha pasado por el Concello.

Sin embargo, y como tantas veces ocurre en política, lo personal y lo humano conviven con lo partidario. Y es una lástima que un político con el perfil de Rey Varela milite en una formación que, en su momento, estuvo vinculada a recortes en sanidad, en cultura y en servicios públicos. Porque mientras él intenta levantar Ferrol con una visión realista y ejecutiva, en su partido hay voces que restan más que suman. Basta observar a Miguel Tellado, que cada vez que abre la boca lo hace desde la soberbia y el insulto. Sus intervenciones, lejos de aportar soluciones, han hecho más ruido que otra cosa, convirtiéndose en una caricatura de lo que debería ser un representante público. Esa actitud chulesca y despectiva, que solo busca crispar, contrasta con el tono más constructivo que se intenta imprimir desde el propio gobierno local. No es la primera vez que Tellado queda retratado por su falta de respeto institucional, y lo cierto es que arrastra consigo la peor imagen de una política que se mira al espejo en lugar de mirar a los ciudadanos.

Frente a esos ejemplos negativos, Rey Varela ofrece resultados. No vende humo, sino datos: el 400% de incremento en inversiones no es un eslogan electoral, es una realidad. Es asfaltar calles, recuperar espacios, mejorar la calidad de vida de los vecinos. Es darle a Ferrol la oportunidad de volver a ser una ciudad que avance, que crezca y que no se quede anclada en debates estériles. Porque mientras se ejecutan inversiones millonarias, otros están más preocupados en cambiar festivos.

Sí, porque hay que decirlo claro: lo que intenta Ferrol en Común con su propuesta de sustituir el festivo de San Julián por el martes de Carnaval es un despropósito. En una ciudad con tantas necesidades urgentes, poner el foco en una ocurrencia tan superficial es, cuando menos, insultante. Ferrol necesita planes de empleo, políticas de vivienda, infraestructuras que respondan a las demandas del siglo XXI. No necesita debates absurdos sobre qué día hay que descansar. San Julián, patrono de Ferrol, forma parte de la identidad de la ciudad. Jugar con eso para ganar titulares o hacerse un hueco en la agenda es impropio de quienes deberían estar pensando en el bienestar común. Cambiar un festivo no da de comer a nadie, no arregla calles, no baja impuestos, no genera empleo ni atrae inversiones.

Y aquí es donde se ve la diferencia: mientras unos distraen con debates vacíos, otros gestionan. Sí, puede que la marcha de Rey Varela y su equipo se haya ralentizado un poco tras el impulso inicial —es lógico, porque arrancar proyectos grandes siempre lleva un tiempo—, pero incluso con esa ralentización, el balance de lo que se ha conseguido hasta ahora supera con creces lo que se había hecho en mandatos anteriores. De hecho, no exageramos si decimos que, con sus virtudes y sus defectos, este es uno de los mejores gobiernos que Ferrol ha tenido en los últimos años.

Al final, la política local debería medirse por la capacidad de mejorar la vida de la gente. José Manuel Rey Varela está demostrando que sabe hacerlo, que no se pierde en discusiones inútiles y que apuesta por un modelo de ciudad con bases firmes. Ferrol no puede perder tiempo en frivolidades ni en egos mal gestionados. Necesita liderazgo, gestión y visión. Y hoy, con datos en la mano, ese liderazgo lo encarna él.

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