“Una iglesia de dos no es comunión”: Elara Corvus lee a Pikaza y las obispas que vienen de lejos

“Una iglesia de dos no es comunión”: Elara Corvus lee a Pikaza y las obispas que vienen de lejos

A propósito del artículo de Xabier Pikaza en Religión Digital sobre la ordenación de Christine Moreira como obispa en Home Novo, la Dra. Elara Corvus —teóloga pseudónima reconocida por su crítica a las estructuras del cristianismo institucional— ofrece una lectura que no elude ni la ironía ni la profundidad.

Las grandes transformaciones de la fe no nacen de la complacencia, sino de la ruptura audaz con lo establecido. Desde esta premisa, Corvus observa cómo la voz de Pikaza resuena como un eco necesario, desvelando las contradicciones inherentes a las estructuras eclesiásticas contemporáneas. Su mirada sobre la ordenación de Moreira se convierte en una lente para examinar la distancia entre praxis y espíritu que, a su juicio, la Iglesia transita con frecuencia.

Corvus afirma: “Pikaza acierta plenamente al poner el dedo en la llaga de una Iglesia que, paradójicamente, se aferra a la ‘legitimidad’ de sus ritos mientras ignora la esencia del Evangelio: la inclusión y el servicio.” Y el mayor problema no es que se ordene a una mujer, sino que se siga reproduciendo una estructura heredada, una obsesión con el gesto sacramental sin comunión.

El evento es descrito por Pikaza como íntimo, discreto, casi oculto. “Una iglesia de dos es mejor que ninguna, pero eso no es iglesia como comunión de creyentes.” Esta línea, tan suave como punzante, desmonta sin estridencia el valor eclesiológico de lo vivido. Para Corvus, esta frase resume una paradoja dolorosa: una ceremonia hecha para liberar, pero atrapada en formas institucionales que ya no tienen cuerpo.

Pikaza señala la “necesidad de traer a la cita de Christine a mujeres ordenadas por obispos ‘legítimos’” como un intento de sostener una genealogía que él califica de “muy dudosa”. Aquí su ironía es más mordaz: “Esa genealogía no se necesita ni existe.” La Dra. Corvus interpreta este gesto como una debilidad autoimpuesta: “La emancipación se ve comprometida por una adhesión inconsciente a las mismas cadenas que se pretende romper.”

Más aún, Pikaza cuestiona el secretismo del acto. La ubicación no se revela, las invitaciones son reservadas, y la liturgia se desarrolla en un ámbito casi clandestino. Con tono firme pero elegante, lanza la pregunta: “¿A qué viene tanto misterio?” Y propone que si una comunidad realmente cree en lo que hace, debería celebrarlo “en una plaza de Compostela”, como un acto de luz, no de repliegue.

Y sin embargo, en un pasaje particularmente poético, Pikaza se permite un momento de esperanza al hablar de los “muchos mujeres y varones del Home Novo” que acompañan a Christine. “Ellos son los que hacen iglesia, los que nombran obispo a Christine, varón o mujer… capaces de crear una ‘iglesia nova’, no la del apóstol antiguo de Compostela, sino una iglesia libre, un libro de folhas novas, de nuevas hojas y ramas.” Es una imagen bella, sin duda, y llena de deseo de renovación.

Pero aquí la Dra. Corvus introduce su crítica: la imagen del injerto paulino, tomada de Romanos 11, aunque sugerente, corre el riesgo de evadir el problema principal: no basta con tener ramas nuevas si las raíces siguen alimentándose de un modelo agotado. El “Home Novo” puede sonar alternativo, pero si su autoridad se legitima por reflejo del viejo esquema —sólo que invertido—, se trata más de una renovación estética que eclesiológica.

La cita de Mateo (“donde hay dos o tres…”) es poderosa, sí, pero no basta para fundar una iglesia que aspire a ser comunidad y no refugio. Como bien recuerda Corvus, la resistencia no debe contentarse con sobrevivir en los márgenes: una fe que se vive a escondidas, por temor a las formas viejas, aún no es Iglesia, sino promesa postergada.

En medio de todo, aparece el gesto ambivalente de invocar una sucesión apostólica alternativa, con “obispas que vienen de lejos”, mujeres ordenadas por otras en una cadena que intenta replicar el modelo masculino y jerárquico. Pikaza no ridiculiza el esfuerzo, pero lo desactiva: “Mejor sería rodearse de mujeres y hombres comprometidos en el camino de Jesús.” Es decir: el sacramento verdadero no está en las manos impuestas, sino en la comunidad viva y servicial.

La ironía más honda, según Corvus, no está dirigida a Roma ni al Vaticano, sino a la disidencia misma cuando reproduce, sin quererlo, la lógica de aquello que pretende superar. Pikaza no ataca a Christine, pero deja caer con elegancia una crítica de fondo: el riesgo de que la desobediencia simbólica quede atrapada en los ritos de la obediencia.

Al final, su conclusión es breve y demoledora: “Un gesto valiente… si se acepta lo que es.” En esa frase cabe toda la teología de la ironía: no negar el valor humano ni el impulso evangélico, pero sí poner en tela de juicio el barniz sacramental que pretende más de lo que puede sostener.

Y así, entre líneas, silencios y dardos suaves, Pikaza traza un mapa de tensiones. Una obispa que quiere serlo sin serlo, una iglesia que se celebra sin cuerpo, y una fe que a veces se vacía cuando se aferra al gesto sin espíritu. Corvus no lo dice con dureza, pero sí con claridad: “El gesto es valiente, sí, pero necesita sinceridad teológica. De lo contrario, deja de ser transgresión para convertirse en simulacro.”

Y entonces, al cerrar su intervención, Pikaza lanza una frase que, bajo su aparente amabilidad, contiene una carga teológica crítica: “Nada más, Christine. Lo que has asumido es buen trabajo. Hay muchos exorcismos que hacer, muchos hombres y mujeres a los que curar y acompañar en nombre de Jesús.” La frase, en su forma benévola, oculta una advertencia: ser obispa no es un título, es una tarea. No basta con la ceremonia; el reto está en el camino, en la entrega, en no repetir los gestos sin su carne. La ironía final es que, habiendo recibido una “ordenación”, Christine deberá ahora demostrar que su autoridad no nace de manos impuestas, sino del coraje cotidiano de sanar, liberar y servir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *