Ferrol no necesita más de lo mismo: el PSOE se recompone sin renovarse

Ferrol no necesita más de lo mismo: el PSOE se recompone sin renovarse

Ángel Mato ha sido reelegido como secretario general del PSOE de Ferrol por un ajustado 95 a 69 frente a Bruno Díaz. Aunque su tono fue triunfalista y habló de “orgullo” y “nueva etapa”, los números y el ambiente dicen otra cosa: una agrupación dividida, un proyecto agotado y una ciudadanía que ya les dio la espalda.

El mensaje que Mato lanza hacia dentro es de continuidad: su núcleo de confianza sigue intacto, y las caras nuevas que se suman no suponen una ruptura, sino una prolongación. El caso más simbólico es el de Rafael Fernández Beceiro, que asume la estratégica Secretaría de Organización. No es un fichaje nuevo, ni un perfil renovador. Fernández Beceiro es uno de esos cuadros que, sin haber gestionado responsabilidades públicas de peso, ha sabido remontar con sigilo, desde su etapa como referente de una asociación vecinal hasta su actual cargo en la Diputación.

Su evolución no es inédita: la Política tiene una larga tradición de dirigentes que pasan de anunciar llaves perdidas, gatos callejeros o cortes de agua en un grupo vecinal a gestionar recursos públicos, sin haber mediado en el camino méritos destacables en la gestión o el debate político. La ironía es que estos perfiles, nacidos de una hiperlocalidad muy útil para el clientelismo, terminan moviendo los hilos de estructuras municipales enteras.

En su día, desde el entorno de Mato se le llegó a describir como “la joya de la corona”, en una muestra más del culto interno que ha primado sobre el talento o la capacidad para conectar con la calle. Porque si algo ha quedado demostrado en los últimos años es que la calle, precisamente, fue lo que Mato y su equipo dejaron de pisar.

Tras la dura derrota en las municipales de 2023, Mato no asumió errores. En una asamblea llegó a culpar a “una ciudadanía desagradecida”, como si el electorado tuviera la obligación moral de premiar su gestión. Pero lo cierto es que el castigo en las urnas no fue por indiferencia, sino por pura incompetencia. Mientras el gobierno local perdía el pulso de la ciudad, otras agrupaciones socialistas sí supieron mantener el vínculo con la gente. Ahí está Valdoviño, con Alberto González al frente de un PSOE pegado al terreno y reconocido por su cercanía; o Pontedeume, donde también se gobierna desde la acción y no desde la autocomplacencia.

La campaña del PSOE de Ferrol fue, además, motivo de incomodidad para algunos miembros de su propia organización. Uno de ellos llegó a dimitir de la ejecutiva tras mostrar su desacuerdo con las estrategias comunicativas empleadas durante las elecciones, al considerar que el enfoque adoptado no representaba el espíritu que el partido debía transmitir. Su salida fue discreta, pero muy comentada internamente.

La ejecutiva que ahora nace mantiene el viejo esquema: estructura cerrada, liderazgos endogámicos y un proyecto que se aferra más a los equilibrios internos que a la realidad de Ferrol. No se ve ni un giro hacia la participación, ni una apuesta por nuevas formas de entender la ciudad. Solo una reorganización de nombres para un mismo mapa de poder.

Y mientras tanto, José Manuel Rey Varela avanza con paso firme. Con una oposición enfrascada en sus propias dinámicas y sin liderazgo alternativo a la vista, todo apunta a que el actual alcalde del PP revalidará su mandato en 2027 con una mayoría absoluta. No porque su gestión sea perfecta, sino porque el PSOE ha renunciado a ser una alternativa creíble.

Ferrol no necesita más excusas, ni más lecciones desde una sede cerrada. Necesita política útil, compromiso real y un partido socialista capaz de escuchar, de abrirse y de corregir. Lo que se ha votado en esta asamblea no es una nueva etapa. Es la prórroga de una deriva.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *