Miguel Tellado, portavoz parlamentario del Grupo Popular en el Congreso, ha vuelto a convertirse en protagonista de la jornada con sus ya habituales ataques a Pedro Sánchez. Esta vez, desde un plató de Telecinco, acusó al presidente del Gobierno de «poner kilómetros de por medio» viajando a China justo cuando ha salido a la luz un informe de la UCO que menciona a su esposa, Begoña Gómez, en el marco del caso Koldo y el rescate de Air Europa.
«Es evidente que a Pedro Sánchez lo que le interesaba era perderse esta semana, y China le parecía un destino magnífico», sentenció Tellado, en una intervención cargada de insinuaciones y oportunismo político, aunque carente de pruebas concluyentes. Como es habitual, el portavoz popular lanza la piedra, pero cuando le toca mirar a su tejado, guarda la mano.
Porque mientras disparaba contra el presidente por su viaje oficial al gigante asiático —en el que, por cierto, se incluyen encuentros diplomáticos y comerciales de calado—, Tellado evitaba cualquier comentario sobre una coincidencia casi calcada: la gira latinoamericana de Isabel Díaz Ayuso, justo cuando su pareja, Alberto González Amador, ha sido citado a declarar por presuntos delitos fiscales.
La presidenta madrileña ha optado por no modificar su agenda exterior, manteniendo visitas institucionales en Ecuador mientras se intensifican las investigaciones sobre su entorno. Una actitud que, curiosamente, Tellado no ha considerado merecedora de crítica. Ni una palabra, ni un matiz. Silencio absoluto.
Este doble rasero resulta aún más llamativo si se tiene en cuenta que no es la primera vez que las comparecencias judiciales de la pareja de Ayuso coinciden con viajes oficiales al extranjero. En abril del año pasado ocurrió exactamente lo mismo durante una visita a Estados Unidos, lo que desató acusaciones de estrategia de evasión política. ¿No ve Tellado en este patrón un comportamiento similar al que denuncia con vehemencia en el caso de Sánchez?
Más allá de las declaraciones rimbombantes, lo cierto es que el informe de la UCO no acusa formalmente a Begoña Gómez de delito alguno. Se limita a recoger una conversación en la que uno de los investigados menciona haber “llamado a Begoña”, sin más contexto ni consecuencias judiciales, al menos por ahora. Pese a ello, Tellado no ha dudado en elevar esa línea a categoría de escándalo nacional.
Además, en su intento por desacreditar el viaje de Sánchez a China, el portavoz del PP ha deslizado sin pruebas que responde a «intereses económicos» supuestamente vinculados a José Luis Rodríguez Zapatero. Una acusación tan vaga como oportunista, que encaja más con la lógica del titular fácil que con el rigor político que se le debería exigir a un portavoz parlamentario.
En resumen, Tellado dispara rápido, pero apunta torcido. Y cuando se trata de los suyos, opta por la discreción. Una estrategia que, lejos de reforzar su credibilidad, pone en evidencia una tendencia peligrosa: la de utilizar las instituciones como arma arrojadiza según convenga. Porque si lo que está en juego es la coherencia, en este juego, Tellado pierde por goleada.