¿Y dónde está Feijóo? ¿Dónde está Abascal? Están donde siempre han estado cuando España los ha necesitado: escondidos, en silencio, sin dar la cara. No arriman el hombro, no defienden al país, no luchan por quienes de verdad lo necesitan. Solo buscan excusas para justificar su inacción y proteger sus intereses, no los de los españoles.
En plena crisis provocada por los aranceles de Trump, que golpean de lleno a nuestros agricultores, ganaderos y empresas, la derecha y la ultraderecha han optado por el silencio. Mientras tanto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, actúa, reacciona con rapidez y se pone, como siempre, del lado de España y de Europa.
Esa es la diferencia. La suerte de este país es que cuenta con un gobierno progresista que, ante cada crisis, responde con ayudas y soluciones. Un gobierno que protege incluso a quienes votan en contra de él, incluso a los votantes de Vox, porque para Pedro Sánchez ser presidente significa cuidar de todos, no solo de los suyos.
Porque sí, Sr. Abascal, traicionar a España es apoyar a quienes la dañan. Ser patriota no es pasearse con una pulserita de la bandera, es defender a tu país cuando más lo necesita. Y usted nunca lo ha hecho.
Lo suyo, además, roza el ridículo. Llegó a decir que si fuésemos más amigos de Trump no habría aranceles. ¿Sabe usted a quién no le puso aranceles Trump? A Corea del Norte y a Rusia. No hay más preguntas.
¿Qué dirán ahora esos agricultores que votaron a Vox creyendo que defendía el campo español? ¿Qué dirán los que insultaron al presidente del Gobierno, cuando es el único que está trabajando por ellos? ¿Seguirán creyendo en quienes solo saben sembrar odio y confrontación?
Feijóo, Abascal, Ayuso, Mazón, Moreno Bonilla… son todos iguales. No creen en los servicios públicos, los desmantelan allá donde gobiernan. Atacan la sanidad, las pensiones, la educación, la dependencia. Inyectan bulos para dividir a la ciudadanía, para enfrentar a unos españoles contra otros, solo para intentar llegar al poder, aunque tengan que arrasarlo todo por el camino.
Como Paco de la Torre en Málaga: “Os fastidiáis” si no podéis pagar una vivienda. Así gobiernan: para los ricos, y al resto, que se vayan. Como Ayuso y Moreno Bonilla: si necesitas atención médica, págala. Si no, “te fastidias” y espera, aunque mueras antes de que te atiendan.
Trump hace lo mismo: si quieres vender en su país, pagas. Y si eso lleva al mundo a una recesión, le da igual. Wall Street ha perdido 6 billones de dólares en solo dos días desde su anuncio. Pero él sigue adelante. Son todos lo mismo: el ego por encima de la gente.
Por suerte, en España tenemos a Pedro Sánchez. Un presidente que actúa, que protege, que no se esconde. Como dijo recientemente José Luis Rodríguez Zapatero, la reacción de Sánchez ha sido rápida y firme. Y lo resumió con claridad: “Los aranceles de Trump acelerarán el declive del imperio americano”.
Sánchez ha hecho los deberes. Sin copiar. Sin pegar. Sin esconderse. Dando la cara por todos. Una vez más.
